LO OCULTO (1908)


Por cuanto hice y por cuanto dije
que no traten de encontrar quién era yo.
Un obstáculo se alzaba y transformaba
mis acciones y mi modo de vivir.
Un obstáculo se alzaba y me detenía
muchas veces cuando iba a hablar.
Mis acciones más inobservadas
y mis escritos más ocultos
-sólo por allí me entenderán.
Mas acaso no vale la pena gastar
tanta atención y tanto esfuerzo para conocerme.
Más tarde -en la sociedad más perfecta
algún otro, hecho como yo,
ciertamente surgirá y actuará libremente.


Constantino Kavafis

Compromiso


El tiempo devora
con inclemencia de plaga.

Apresarlo
es comprender los rituales del sueño.
Profanar un santuario que no existe.

Yo,
labrador de apremios y retrasos
proclamo al fin la muerte de los días.

Desde hoy celebraré el instante,
prolongaré en el sueño mis vigilias,
desafiaré la impudicia de estas horas.

Desde hoy apelaré a los dioses
para que envidien las huellas de mis pies.

Aunque el viento repita
su ambición cotidiana.



Osvaldo Rossi


Ah, que tú escapes


Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no querías creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

José Lezama Lima

Silencio


Yo que crecí dentro de un árbol
tendría mucho que decir,
pero aprendí tanto silencio
que tengo mucho que callar
y eso se conoce creciendo
sin otro goce que crecer,
sin más pasión que la substancia,
sin más acción que la inocencia,
y por dentro el tiempo dorado
hasta que la altura lo llama
para convertirlo en naranja.

Pablo Neruda

La copa


Fantasmas en la noche,
con labios invisibles,
han dicho una palabra.
Y en las zarzas se asoman,
tímidos, uno a uno,
los gnomos que tan sólo
salen a media noche
a recoger bellotas
y agua de la fontana.
Como las viejecitas
de los cuentos de los niños,
los gnomos, uno a uno,
salen de entre laureles.
–Hijos de las estrellas,
traspasando los siglos
cual pasa una saeta
los fosos de un castillo,
he venido hasta el prado
donde cogéis bellotas
y agua de las fontanas
en la hora de la muerte.
–Oh, brote de la viña
gloriosa de las gestas,
que el tesoro de Nybling
arrojaste en el lago.
El tesoro de Nybling
tenía ópalos finos
como uñas de sirenas,
y esmeraldas clarísimas,
y esmaltes milagrosos,
y todas las sardónicas
del harpa suave y magna
de Salomón, tirano ...
Pero había una copa,
más que todas divina,
toda de oro labrado,
donde un forjador puso
a Deucalión y Pyrra
llorando en el Parnaso
la desnudez del mundo ...
–Hijos de las estrellas,
aquella copa mágica,
más que todas divina,
toda de oro labrado,
la traigo bajo el manto.
Dadnos la copa mágica,
¡oh, Sigfrido, oh, Sigfrido!,
dadnos la copa mágica,
más que todas divina,
para beber en ella
el elixir de lirios,
que pone en el cerebro
la alegría del cielo
con la paz de la muerte...
Porque antes fuimos, antes,
los gnomos de las danzas
la luz de la luna,
con caperuzas rojas,
con escudos de hongos.
Y hoy, hombrecillos trágicos,
tenemos en los pechos
el dolor de los hombres:
la conciencia del mal...
Dadnos la copa mágica,
sombra de la leyenda.
(Y el ruego era un gemido
largo, como de harpa
que cae en los umbrales
de un palacio desierto.)
... Una mano invisible
la crátera ha tendido...
En la copa de oro
beben los geniecillos
la alegría del cielo
con la paz de la muerte.
Y la sombra del héroe,
por siempre silenciosa,
con Balmung a su cinto
se desvanece como
la burbuja en la llama.
Donde estaba su sombra
vienen haces de cuervos.
Después no hay más que luna
sobre las piedras blancas
donde duermen los cuervos.

Enrique Banchs