Manual de Ejercicios Pleyedianos


Esta lista no pretende presentar a nadie como mala persona; pretende hacerte caer en la cuenta de la naturale­za de los acuerdos psíquicos en una sociedad que tiende hacia la represión emocional, la codependencia y la nega­ción. Siguen otros ejemplos corrientes de acuerdos:

1. Los miembros de la familia no reconocen el proble­ma del padre o la madre con la bebida, su comportamien­to violento, su mal genio, sus problemas económicos o cualquier otra cosa de la que se avergüence la familia.

2. Absorbes el miedo de otra persona para demostrar que no la vas a herir como otros hicieron en el pasado.

3. Cambias sexo por sostén económico.

4. Nunca discrepas con el jefe para que no te despida.

La lista podría continuar indefinidamente. Al menos ya tienes una idea de la naturaleza de los contratos perso­nales. También hay contratos sociales y planetarios. Ejem­plos de contratos sociales son

1. Los que vivimos en la zona este de la ciudad no tenemos nada que ver con las otras razas, o seres inferio­res en general, de la zona norte, y estamos de acuerdo en que los de la parte oeste son esnobs.

2. Los miembros de nuestro grupo social no llevan co­lores chillones.

3. Apoyamos el victimismo de cada uno jugando al «pobre de mi» y estando de acuerdo en que no tenemos una oportunidad en este mundo. «Desdicha en compañía» es otro modo de decirlo.

4. Sólo nos relacionaremos con miembros de nuestra Iglesia porque somos las únicas buenas personas de la ciudad.

Algunos de los contratos planetarios que he encontra­do y despejado en mí misma y/o en clientes son:

1. Estamos de acuerdo en que todos en este planeta deben estar bajo el mando de, y responder a, un gobierno organizado. Si ese gobierno cuenta con entes oscuros que controlan y poseen a su jefe, debemos someternos tam­bién a ellos.

2. Somos los únicos seres vivos que existen, no hay vida más allá de la Tierra.

3. Las mujeres se mantendrán oprimidas mediante la mentira de Adán y Eva de que la mujer trajo la oscuridad sobre el planeta.

Hay más, muchos más. Puede que al menos un ejem­plo de contrato tenga en ti resonancias personales y puede que te hayan dado ideas sobre algunos no mencionados. Puedes despejar estos acuerdos con el proceso siguiente. Empieza con uno de los contratos planetarios antes men­cionados y luego formula uno propio.

1. Cierra los ojos, conéctate a la tierra, extiende el aura y comprueba las rosas y los colores de los límites.

2. Opcional: Haz fluir las energías cósmicas doradas y terrestres y ponlas en Automático.

3. Visualiza un documento legal en cuya parte supe­rior figure la palabra «CONTRATO».

4. En la parte inferior del contrato, a un lado, verás tu propio nombre.

5. En el lado opuesto verás el nombre de la persona o grupo con quien has establecido el acuerdo. La primera vez que des estos pasos verás «los ciudadanos del planeta Tierra» en el lado opuesto al de tu nombre.

6. Ahora debes decirte de qué trata el contrato o vi­sualizar las palabras del contrato si lo prefieres. La prime­ra vez imagina que el contrato dice: «Los seres humanos de este planeta deben estar bajo el dominio de un gobier­no oficial y de los entes que controlan el gobierno».

7. Escribe «ANULADO» sobre el contrato de tu puño y letra, en letras grandes y rojas.

8. Rompe el contrato en dos y quémalo en un fuego de color normal.

9. Repite el proceso a partir del paso 3, esta vez usan­do un contrato que tengas con una persona o grupo.

10. Cuando termines, abre los ojos.


AMORAH QUAN YIN


La eternidad también es ahora



Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.



San Mateo Cap 6 vers 1,1,2,3,5,8,13,21

Lucas, sus críticas de la realidad


Jekyll sabe muy bien quién es Hyde, pero el conocimiento no es recíproco. A Lucas le parece que casi todo el mundo comparte la ignorancia de Hyde, lo que ayuda a la ciudad del hombre a guardar su orden. El mismo opta habitualmente por una versión unívoca, Lucas a secas, pero sólo por razones de higiene pragmática. Esta planta es esta planta, Dorita = Dorita, así. Sólo que no se engaña y esta planta vaya a saber lo que es en otro contexto, y no hablemos de Dorita porque.
En los juegos eróticos tempranamente encontró Lucas uno de los primeros refractantes, obliterantes o polarizadores del supuesto principio de identidad. Allí de prontoA no es A, o A es no A. Regiones de extrema delicia a las nueve y cuarenta virarán aldesagrado a las diez y media, sabores que exaltan el delirio incitarían al vómito si fueran propuestos por encima de un mantel. Esto (ya) no es esto, porque yo (ya) no soy yo (el otroyo).
¿Quién cambia allí, en una cama o en el cosmos: el perfume o el que lo huele?


Julio Cortázar