La pequeña muerte

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegria que duele. Pequeña muerte, llaman en francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.

Eduardo Galeano

3 comentarios:

  1. Qué tormentosa contradicción es vivir, por suerte hay quienes pueden canalizarla artisticamente...
    Por mi parte intento aprender de las limitaciones que me autoimpongo, y aceptar ciertas leyes, pero me cuesta perderme entre los encontrados, porque me resulta más sencillo encontrarme entre los perdidos...

    ResponderEliminar
  2. A veces pienso en cuanto odio las despedidas, y me doy cuenta, que de alguna manera ellas, son una bienvenida, a algo distinto, que algunos se empecinan en llamar ausencia, pero supongo que si hay una ausencia, es porque hay todavia una presencia, de lo contrario no hubiera nada. Saludos muy bueno el blog, espero nuevas entradas!!!

    ResponderEliminar
  3. El sueño es una pequeña muerte tmb y sin embargo es una necesidad básica y fundamental para vivir...
    Siempre me pregunto de que nos rescatan las almohadas? que energias cargan? que pasará con esas baterias, cuando lleguemos al sueño eterno?

    Dicen que si el mendigo soñara con ser rey, preferiria quedarse siempre dormido. Yo me siento como un rey, pero que esta dormido soñando que es un mendigo. Comparto ese sentimiento con el Tulumbano...

    Creo que en el texto esta implicito el circulo que nos permite ver las cosas segun nuestra perspectiva, y otorgarle la valia que querramos.

    ResponderEliminar