¿Ya nunca hacia atrás?
¿Ya nunca hacia atrás?
Para Él
Lejos o cerca, la mujer no hace más que seguir al hombre amado. Una sombra detrás de otra sombra. Condenada a esperarlo, ramera o santa, prostituyéndose, acostándose con otros, con otras… vendiendo su cuerpo para que los demás gocen. O sacrificándose para que los demás vivan… pero siempre guardando la sombra de su amado en su corazón.
Madama Sui
Si
Si logras conservar intacta tu firmeza,
Cuando todos vacilan y tachan tu entereza,
Si a pesar de esas dudas, mantienes tus creencias,
Sin que te debiliten extrañas sugerencias.
Si sabes esperar, y fiel a la verdad, reacio a la mentira,
El odio de los otros te sienta indiferente,
Sin creerte por ello, muy sabio o muy valiente.
Si sueñas, sin por ello rendirte ante tu ensueño,
Si piensas, mas de tu pensamiento sigues dueño.
Si triunfos o desastres, no menguan tus ardores,
Y por igual los tratas como dos impostores
Si soportas oír la verdad deformada,
Cual trampa de necios, por malvados usada.
O mirar hecho trizas de tu vida el ideal,
Y con gastados útiles, recomenzar igual.
Si toda la victoria conquistada,
Te atreves a arriesgar en una audaz jugada,
Y aun perdiendo, sin quejas, ni tristezas,
Con nuevo brío reiniciar, puedes tu empresa.
Si entregado a la lucha, con nervio y corazón,
Aun desfallecido, persistes en la acción,
Y extraes energías, cansado y vacilante,
De heroica voluntad, que te ordena ¡adelante!.
Si hasta el pueblo te acercas sin perder tu virtud,
Y con reyes alternas sin cambiar de actitud,
Si no logran turbarte ni amigo, ni enemigo,
Pero en justa medida, pueden contar contigo.
Si alcanzas a llenar, el minuto sereno,
De sesenta segundos, de un esfuerzo supremo,
Lo que existe en el mundo, en tus manos tendrás,
Y además hijo mío: ¡ humano serás !
Enemigos Íntimos
Los cantos del maldoror
SI ALGUNA VEZ
Si alguna vez quisieras hablarme, yo estaría
con mi ser aquietado más que un agua nocturna
para la ondulación de tus palabras.
Estaría en la noche sintiendo cómo el roce
de tu voz sobre el alma del silencio me nombra,
¡y yo sin saber dónde arrodillarme...!
Vértebras de caricias reanimarán mis horas.
Palabras con sus bordes tatuados de ternura,
y entre un presagio y un temor, tú misma.
Háblame. Mírame. Tus voces, tu mirada,
desarmarán mis párpados y mi arteria de sombras,
y en ámbitos de un hielo estupefacto,
por liturgia del fuego, mi rosa envenenada
Será otra vez la lumbre de un corazón más joven.
Augusto Roa Bastos
FAUSTO
Os aproximáis de nuevo, formas temblorosas que os mostrasteis hace ya mucho tiempo a mi turbada vista. Mas, ¿intento apresaros ahora?, ¿se siente mi corazón aún capaz de semejante locura? Os agolpáis, luego podéis reinar al igual que, saliendo del vaho y la niebla, os vais elevando a mi alrededor. Mi pecho se estremece juvenilmente al hálito mágico de vuestra procesión.
Me traéis imágenes de días felices, y algunas sombras queridas se alzan. Como a una vieja leyenda casi olvidada, os acompañan el primer amor y la amistad; el dolor se renueva; la queja vuelve a emprender el errático y laberíntico camino de la vida y pronuncia el nombre de aquellas nobles personas que, engañadas por la esperanza de días de felicidad, han desaparecido antes que yo. Las almas a las que canté por primera vez ya no escucharán estos cantos. Se disolvió aquel amigable grupo y se extinguió el eco primero. Mi canción se entona para una multitud de extraños cuyo aplauso me provoca temor, y todo aquello que se regocijaba con mi canto, si aún vive, vaga disperso por el mundo.
Me sumo en una nostalgia, que no sentía hace mucho tiempo, de aquel reino de espíritus, sereno y grave. Mi canto susurrante flota como arpa de Eolo; un escalofrío se apodera de mí. Las lágrimas van cayendo una tras otra. El recio corazón se enternece y ablanda. Lo que poseo lo veo en la lejanía y lo que desapareció se convierte para mí en realidad.
Wolfgang GOETHE