Lucas, sus sueños


A veces les sospecha una estrategia concéntrica de leopardos que se acercaran paulatinamente a un centro, a una bestia temblorosa y agazapada, la razón del sueño. Pero se despierta antes de que los leopardos hayan llegado a su presa y sólo le queda el olor a selva y a hambre y a uñas; con eso apenas, tiene que imaginar a la bestia y no es posible. Comprende que la cacería puede durar muchos otros sueños, pero se le escapa el motivo deesa sigilosa dilación, de ese acercarse sin término. ¿No tiene un propósito el sueño, y no es la bestia ese propósito? ¿A qué responde esconder repetidamente su posible nombre: sexo, madre, estatura, incesto, tartamudeo, sodomía? ¿Por qué si el sueño es para eso, para mostrarle al fin la bestia? Pero no, entonces el sueño es para que los leopardos continúen suespiral interminable y solamente le dejen un asomo de claro de selva, una forma acurrucada, un olor estancándose. Su ineficacia es un castigo, acaso un adelanto delinfierno; nunca llegará a saber si la bestia despedazará a los leopardos, si alzará rugiendolas agujas de tejer de la tía que le hizo aquella extraña caricia mientras le lavaba los muslos, una tarde en la casa de campo, allá por los años veinte.

Julio Cortázar

Escrito en un libro abandonado en un viaje


Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. Voy apasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. Siempre, siempre, siempre. Esta angustia excesiva del espíritu por nada. En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz.

Fernando Pessoa

¿Qué pasó?


Te torcieron el brazo

y no bajaste más ni a la vereda;

nuestras pasiones cansadas

entristecen a esta era

que acaba sola en tu guarida.

Sos el secreto de una ciudad perdida;

quiero cantarte para no olvidarte

un día y por siempre.

Si una gran caravana

sacudiera tus pupilas

con una procesión de ciegos

que trafican luces sin brillo.

Si tus faroles no arden

por lo menos dame de tu carne;

en mi canción te has perdido,

no encontrarte trajo mala suerte

y pregunto

¿Qué pasó? ...

Se apaga el cielo, está descolorido

y no lo ves de mirar hacia el frente;

el hambre ciego mordió tu sol

el mar por miedo perdió su quejido eterno.

¡Maldita espera!

Es el mejor tiempo perdido,

te apagás, me apagué o me apagás,

o qué haces, o qué hago.

¿Qué pasó? ... me pregunto,

¿Qué pasó? ... me pregunto,

¿Qué pasó? ...



La Bersuit Vergarabat

El Marques de Sade


El marqués de Sade ha vuelto a entrar en el volcán en erupción
De donde había salido
Con sus hermosas manos todavía ornadas de flecos
Sus ojos de doncella
Y ese permanente razonamiento de sálvese quien pueda
Tan exclusivamente suyo
Pero desde el salón fosforescente iluminado por lámparas de entrañas
Nunca ha cesado de lanzar las órdenes misteriosas
Que abren una brecha en la noche moral
Por esa brecha veo
Las grandes sombras crujientes la vieja corteza gastada
Que se desvanecen
Para permitirme amarte
Como el primer hombre amó a la primera mujer
Con toda libertad
Esa libertad
Por la cual el fuego mismo ha llegado a ser hombre
Por la cual el marqués de Sade desafió a los siglos con sus grandes árboles abstractos
Y acróbatas trágicos
Aferrados al hilo de la Virgen del deseo

Andre Bretón

VOCES


Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas.


Hallarás la distancia que te separa de ellos, uniéndote a ellos.


Cuando me hiciste otro, te dejé conmigo.


Casi no he tocado el barro y soy de barro.


Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos.


Han dejado de engañarte, no de quererte.
Y te parece que han dejado de quererte.


Nada no es solamente nada. Es también nuestra cárcel.


El dolor no nos sigue: camina adelante.


En plena luz no somos ni una sombra.


Quien hace un paraíso de su pan, de su hambre hace un infierno.


Quieren perderte, casi por nada.
Y tú quieres salvarte.
¿ Y para qué quieres salvarte... casi por nada ?


Se puede no deber nada devolviendo la luz al sol.


Lleve cada uno su culpa y no habrá culpables.


ANTONIO PORCHIA

SER


Con la frente como una bandera perdida
Te arrastro cuando estoy solo
Por calles heladas
Por cuartos negros
Proclamando infortunios

No quiero abandonar
Tus manos claras y complicadas
Nacidas en el encerrado espejo de las mías

Todo lo demás es perfecto
Todo lo demás es todavía más inútil
Que la vida

Excava la tierra bajo tu sombra

Un estanque junto a los senos
donde hundirse
como una piedra


Paul Eluard