Hoja de otoño


Una brizna de pasto dijo un día a una hoja de otoño:
- Tú produces, al caerte, un bullicio que perturba mi sueño.
- Vil de origen - contestóle la hoja de otoño fuera de sí -. Grosera y deslenguada, ¿dónde tienes los sueños si tú vives pegada a la podredumbre, lejos de la música del cielo, sin tener cómo distinguir entre el canto y el maullido?
Dijo esto la hoja de otoño y cayó al suelo.
Y durmió, y cuando llegó la primavera, se despertó de su modorra y se sintió metamorfoseada: habíase vuelto una brizana de pasto.
Vino el otoño con sus vientos y con su triste melancólico cielo.
Embargó a aquella hojita de otoño el sueño de invierno
y comenzó el viento a esparcir a su derredor las hojas marchitas de los árboles.
Enfadada, murmuraba entre sí:
- ¡Uf!, las groseras hojas del otoño...
¡Qué bullicio producen al caer que perturba los sueños de mi invierno!

Kalil Gibran

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