Un minuto para lo absurdo


Érase una vez un hombre que tenía miedo de sus huellas. De modo que, en lugar de caminar, se puso a correr, con lo que únicamente consiguió aumentar el número de sus huellas.

Anthony de Mello

4 comentarios:

  1. Este enunciado es falso, cuando alguien camina no tiende a desplazar mucho los pies hacia adelante, es decir: da simplemente pasos, uno tras otro; en cambio, cuando alguien corre, los pies tienden inevitablemente a desplazarse mucho más hacia adelante que cuando uno camina, disminuyendo, por lo tanto, el número de huellas, lógico...

    SaLu2

    X

    ResponderEliminar
  2. Por otra parte, decir que de niño, viendo documentales sobre animales en la selva, aprendí a correr como las gacelas, que dan dos pasos y al segundo paso, cogen impulso y se elevan casi volando, disminuyendo por lo tanto el número de huellas a la mitad que si fueras caminando...

    ResponderEliminar
  3. Muy ciertas tus palabras Xim, pero veamos lo siguiente: Quizá el texto se refiere a que en el tiempo, realizo más huellas, y recorrió más lugares. Esto tomado metafóricamente, creo que nos esta hablando de la relación en la distancia, entre, velocidad/quietud, no, cantidad/espacio.
    Creo que hay una inducción, al hecho de en lugar de estar siempre escapándonos, de lo que nos nos gusta, o nos da miedo, cuanto mejor es tomarse un tiempo. Parar ("sin huelas") repensar nuestra dirección, y a partir de ahí, no temer.

    ResponderEliminar
  4. Mi aclaración, evidentemente, se refería al verbo erróneo "aumentar". Tu aclaración, más que al verbo "aumentar", fantasea (quizá, metafóricamente) con la palabra "miedo" en la primera frase:


    "Érase una vez un hombre que tenía miedo de sus huellas".

    Yo hubiera rematado la frase esta del siguiente modo:

    "Érase una vez un hombre que tenía miedo de sus huellas, y por eso se quedó donde estaba"

    Moraleja:

    Si no sabes adónde ir, quédate donde estás...

    ResponderEliminar